Locomotoras

Las locomotoras han venido evolucionando al paso del tiempo, iniciando como máquinas de vapor compuestas por un tanque de agua y una caldera, misma que era calentada por carbón o algún tipo de aceite.

Con el desarrollo de los motores eléctricos, se diseñaron locomotoras que funcionaran con electricidad, donde la corriente era tomada por un pantógrafo que contactaba una línea eléctrica instalada a lo largo de la vía. 

Este principio permanece hoy en día, existiendo diversas líneas de ferrocarril en todo el mundo que tienen tendidos eléctricos a lo largo de su red.

Posteriormente, se desarrollaron locomotoras diésel-eléctricas, usadas principalmente en Norteamérica debido a que tienen mayor autonomía al no requerir un tendido eléctrico.

Esto es posible ya que el funcionamiento de estos equipos se basa en un motor diésel que impulsa un generador que alimenta a los motores eléctricos que están dispuestos en cada uno de los ejes de la locomotora; es decir, que una locomotora es una planta eléctrica con una tecnología similar a la de los autos híbridos.

La ventaja de los motores eléctricos es su alto poder de torque, que se traduce en potencia o caballos de fuerza, lo que es fundamental para mover trenes de alto tonelaje. 

Actualmente, las locomotoras más comunes son de 4,400 HP con motores de corriente alterna, que además han evolucionado a tecnologías basadas en motores de bajas emisiones que utilizan gas, que necesitan contar con un tanque cargado de este acoplado a la locomotora.

Es común que veamos trenes con varias locomotoras acopladas en múltiple y con algunas otras intercaladas y en la cola del tren, esto permite mover trenes con más toneladas.

Las locomotoras tienen mayor potencia por las características de sus motores de tracción (corriente alterna no directa) y el número de ejes (cada eje tiene un motor).

Por su parte, los trenes de camino (vía principal) son movidos siempre por locomotoras en cualquier línea férrea.

En los patios ferroviarios donde se realizan maniobras de clasificación, formación de trenes y servicios en las industrias de la periferia, se pueden utilizar locomotoras de menor caballaje.

Remolcadores ferroviarios

Un remolcador ferroviario es una máquina propulsada por un motor diésel, similar a algunos equipos movidos sobre neumáticos que más comúnmente vemos en la construcción, pero en este caso cuentan también con ruedas metálicas para poder subir y bajar a la vía ferroviaria en lugares diseñados para ello.

Los remolcadores ferroviarios, al ser más pequeños y ligeros que cualquier carro de ferrocarril, al acoplarse a una unidad la levantan ligeramente con lo que toman mayor peso y adherencia lo que les permite utilizar plenamente su potencia sin patinar sobre el riel.

En las industrias o patios privados que por su dinámica de carga/descarga se requiere mover unidades sin dependencia del ferrocarril por temas de costos, disponibilidad y eficiencia, se requieren medios de locomoción adecuados a sus instalaciones y tipo de operación. 

Dependiendo del diseño y geometría del patio, se pueden requerir locomotoras o remolcadores ferroviarios.

Actualmente existen industrias que utilizan incluso tractores agrícolas para mover unidades, pero esto puede provocar daños a los equipos ferroviarios, lo que genera cargos por daños a los equipos y en un momento dado riesgos de accidentes, derivando en la negativa del servicio del ferrocarril.

Por esto, siempre es recomendable buscar asesoría especializada para contar con los equipos más apropiados para hacer frente a los requerimientos de la industria.

Es importante señalar que los remolcadores ferroviarios solamente son utilizados en operaciones de patio y terminales por limitantes en los diseños de las vías y para mover pocas unidades en distancias cortas (nunca en vía principal) para apoyo de los procesos de carga y descarga. 

Asimismo, los utilizan los ferrocarriles en talleres para mover unidades para su reparación.

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